Empiezo detallando el cuidado de este tipo de piel por ser el más frecuente. Se caracteriza por tener la zona T grasa, con brillos, granitos y puntos negros, muy diferenciada del resto de la cara que es seca o normal y puede presentar pequeñas arruguitas en los extremos e incluso tirantez.
Lo principal para su cuidado es no tocarse la cara para evitar arrastrar grasa y bacterias de la zona T al resto, y seguir la rutina diaria.
Limpieza: Lo importante es no estimular la secreción de las glándulas sebáceas ni resecar aún más la zona seca. Para ello usaremos agua fría para lavarnos y un buen producto específico, a ser posible dos veces al día (al levantarnos por la mañana y antes de acostarnos), y siempre fijándonos en que sea libre de aceites ("oil-free").
Exfoliación: Lo ideal es seguir la rutina de exfoliar nuestra piel una vez por semana para una limpieza en profundidad. Si además de mixta, es sensible, puedes alternar una semana la zona T y la siguiente toda la cara. Vuelvo a insistir en la importancia de usar productos adecuados para tu tipo de piel.
Mascarilla: Sin hacerla coincidir con la exfoliación, una vez por semana puedes aplicarte una mascarilla sólo en la zona T para absorber la grasa y dejarla actuar durante 10 o 15 minutos, hasta que notes que el producto se ha secado. Es importante retirarla de forma suave con agua fría.
Hidratación: Aplica una crema hidratante especial para pieles mixtas tanto de día como de noche, como paso final tras la limpieza y exfoliación/mascarilla. Como excepción para casos severos de grasa en la zona T puedes aplicarte una hidratante para piel grasa ahí y para piel seca en el resto.
Siguiendo estos pasos tan sencillos verás como tu piel te lo agradecerá y ¡mostrará toda su belleza!
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