Vuelvo a insistir en la importancia de la rutina del cuidado de nuestra piel para lucir un cutis envidiable y sano, y un paso que no debemos olvidar es la exfoliación facial, al menos, una vez a la semana.
Con este pequeño gesto eliminaremos las células muertas, limpiaremos la piel en profundidad y la dejaremos lista para que cualquier tratamiento o producto que vayamos a usar después, sea absorbido al máximo, aumentando así su efectividad.
Siguiendo estos pasos tan sencillos estarás haciendo mucho por la salud de tu cutis.
1. Antes de nada, limpia tu `piel para eliminar los restos de grasa, sudor, contaminación etc que se hayan ido acumulando a lo largo del día.
2. Deja la cara húmeda (no mojada) tras aclarar la limpiadora. Es necesario para poder extender el exfoliante sin dañar la piel.
3. Aplica el exfoliante por toda la cara, evitando el contorno de los ojos. Realiza movimientos circulares, suaves, sin arrastrar ni frotar con fuerza. Los labios los dejaremos para otro momento en que usemos un producto específico para ellos, recuerda que no tienen glándulas sebáceas y sufrirían demasiado.
4. Aclara con agua fría (o muy tibia, pero nunca caliente) hasta que no quede nada.
5. Seca sin arrastrar, dando pequeños toquecitos con una toalla suave.
6. Continúa con tu rutina habitual, y aprovecha que ahora tienes la piel limpia y receptiva, para aplicar los serums y vitaminas antes de aplicar la hidratante.
Ya sabes, busca un ratito, no te llevará más de tres minutos, y dedícatelos.

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